El sector agroalimentario aporta el 9,7 % del PIB de España

Este destaca por su productividad, un 38% superior a la media de la UE-27

Joaquín Maudos, Eduardo Baamonde y Roberto García posan con la publicación.
Joaquín Maudos, Eduardo Baamonde y Roberto García posan con la publicación. La Voz
La Voz
13:17 • 09 jul. 2021 / actualizado a las 13:46 • 09 jul. 2021

El ‘Observatorio de Cajamar sobre el sector agroalimentario español en el contexto europeo’, en colaboración con el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie),constata en su informe de 2020 un crecimiento del 5,3% en el valor añadido del sector primario (agricultura, ganadería y pesca). Un dato positivo que, aunque no ha permitido compensar el retroceso de la industria y la distribución, mucho más afectados por los efectos de la pandemia, sí ha limitado la contracción del sector en su conjunto al 2,5%, frente a la caída del 10,8% del PIB nacional.



El sector destaca por su productividad, un 38% superior a la media de la UE-27, y por el avance de las exportaciones, que han vuelto a registrar un máximo histórico de ventas con 54.840 millones de euros, un 2,3% más que en 2019. Así lo ha destacado el presidente de Cajamar Eduardo Baamonde, para quien “estos datos ponen de manifiesto que en 2020, tras declararse la pandemia, el sector agroalimentario ha reforzado su importancia como sector estratégico al garantizar el abastecimiento de alimentos a la población confinada, así como la continuidad del empleo y la actividad económica”.



España es uno de los países más afectados por la crisis de la COVID-19, con una caída del PIB  y el empleo del 10,8% y el 5,2%, respectivamente. Aunque el sector agroalimentario (incluida la distribución) también ha sufrido las consecuencias de la crisis, el descenso registrado en valor añadido y empleo reflejan un mejor comportamiento que la economía en su conjunto. Especialmente destacable ha sido la evolución de la actividad primaria (agricultura, pesca y ganadería), que ha demostrado su carácter estratégico con un crecimiento de su valor añadido del 5,3% en un año tan adverso.



Pese al descenso del 2,5% registrado en el valor añadido, el sector agroalimentario ha aumentado ligeramente su peso en el PIB nacional hasta suponer el 9,7% del total, 0,8 puntos más que en 2019 y 3,2 puntos por encima de la media europea. Esto demuestra la mayor especialización de la economía española en este sector. En total, el valor añadido del agroalimentario en España asciende a 99.355 millones de euros. Con estas cifras, nuestro país se sitúa como la cuarta economía del sector agroalimentario de la UE, ya que aporta el 12,7% del VAB comunitario del sector. España es el principal productor de ganado porcino, aceite de oliva y cítricos de la UE-27, con una cuota de mercado del 21,7%, 40,5% y 61,1%, respectivamente.





La crisis causada por la pandemia ha tenido también consecuencias negativas sobre el empleo. El estudio concluye que la mayor caída de empleo se ha dado en el sector primario (7,7%), seguida de la industria de la transformación (6,2%) y el comercio (2,1%). En total, el sector agroalimentario ha sufrido un descenso del número de ocupados del 4,6%. Aun así, el empleo del sector representa el 11,7% del total de ocupados en España, con 2,27 millones de trabajadores y trabajadoras.



El informe incorpora un amplio sistema de indicadores que muestran las principales dimensiones económicas del sector, lo que se traduce en un profundo análisis de toda la cadena de valor para ofrecer una visión conjunta de su aportación a la economía española, cuantificando también su contribución en el conjunto de la Unión Europea.



En esta cuarta edición del Observatorio se analiza temas como el peso del sector en la economía, características del empleo, evolución de precios, productividad y competitividad, exportaciones o esfuerzo inversor en I+D. Esta edición contiene además un estudio sobre la sostenibilidad del sector y sus avances en la transformación hacia un modelo de negocio que contribuya a la protección del medioambiente


Productividad y competitividad del sector

La productividad del sector agroalimentario (valor añadido por ocupado) se sitúa un 38% por encima de la de la UE-27 y sus costes laborales por unidad de producto (CLU) son un 32% más reducidos. En comparación con la media de Europa, destaca sobre todo la elevada competitividad del sector primario. En cambio, el sector de la distribución de alimentos y bebidas en España es un 5% menos competitivo que la media europea.


Exportaciones

En cuanto a las exportaciones, durante 2020 y a pesar de la pandemia, volvieron a registrar un máximo histórico al alcanzar los 54.840 millones de euros, tras crecer un 2,3%, casi cuatro veces más que la media europea. Por productos, destaca el aumento del 23,5% de las ventas al exterior del sector porcino gracias a la mayor demanda de China. El sector agroalimentario, por su parte, aporta el 20,4% del total de las exportaciones de bienes de España y es la cuarta economía exportadora de la UE-27 con el 10,3% de las exportaciones agroalimentarias comunitarias.


España encadena dos décadas ininterrumpidas de superávit comercial del sector agroalimentario, pero el crecimiento registrado en 2020 fue muy importante, ya que se elevó un 25,4% hasta situarse en un máximo histórico de 18.429 millones de euros. La UE-27 es el primer destino de los productos agroalimentarios españoles y concentra el 63,4% de las exportaciones. Dentro de Europa, Francia (15,6%), Alemania (11,9%), Italia (8,9%) y Portugal (8,4%) son los principales mercados.


Por otro lado, el informe destaca el crecimiento del 1,1% en el número de empresas exportadoras del sector, que alcanza las 18.077 compañías, lo que es un rasgo a remarcar en el contexto de la crisis de la COVID-19.


Esfuerzo inversor I+D

Por lo que respecta a la inversión empresarial en I+D del sector agroalimentario, el Observatorio la cifra en 354 millones de euros en 2018, lo que representa un crecimiento del 11,7% respecto al ejercicio anterior. Este incremento casi duplica al registrado por el sector en la UE-27 (6,5%) y ayuda a disminuir la brecha que todavía existe con Europa, ya que el esfuerzo inversor del sector agroalimentario está por debajo del europeo desde hace más de diez años.


Medio ambiente y sostenibilidad

En este sentido, el estudio destaca que España es ya el segundo productor de carne orgánica de la UE-27, al aportar el 18,7% del total, solo por detrás de Francia. En 2019, el 8,2% del área agrícola española se ha convertido a cultivo ecológico, lo que la sitúa en una posición intermedia en la Unión Europea.


En cuanto a la contaminación derivada del sector, el informe afirma que concentra el 21,6% de las emisiones de gases de efecto invernadero de la economía española en 2019 (último dato disponible), lo que supone un total de 55 millones de toneladas de gases de este tipo, un 1,6% menos que en el año anterior.


Cesta de la compra y precios

En 2020 el precio de los alimentos ha aumentado en España un 1,1%, idéntico valor al de la UE-27. Considerando tanto el nivel de precios como el nivel de renta del consumidor, el acceso a los alimentos es un 5,6% más barato en España que en la UE-27. Más baratos aún son las bebidas no alcohólicas y alcohólicas, que cuestan un 7,6% y un 11,9% menos, respectivamente, que en la UE-27.


Los hogares españoles destinan el 24% de la cesta de la compra a la adquisición de alimentos y bebidas, frente al 20,3% de los hogares de la UE-27. La mayor parte de ese porcentaje (21,3%) se utiliza para la adquisición de alimentos, mientras que el peso de las bebidas alcohólicas en España es el segundo menor, solo por delante de Grecia (1,2% frente al 2,2% de la media europea). En 2020, el peso de los alimentos y bebidas en la cesta de la compra se ha incrementado en España un 22%, casi el doble que en la UE-27.


Durante la presentación del Observatorio, Joaquín Maudos ha destacado asimismo “el carácter estratégico y resiliencia del sector agroalimentario que se ha puesto de manifiesto durante la pandemia. De cara al futuro, el sector debe enfrentarse a los retos derivados de la reducida dimensión de sus empresas y el déficit de inversión en I+D+i. Para hacer frente a estos retos, debe aprovechar la oportunidad que brindan los fondos europeos de recuperación, encaminados a incrementar la digitalización y de paso mejorar su sostenibilidad contribuyendo a la protección del medioambiente”.


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