Malos tiempos para las flores por la limitación de fiestas

Las 33 empresas almerienses que se dedican a la producción y comercialización de flor cortada pasan por el peor momento de su historia. La crisis generada por el coronavirus no está tocando especialmente al sector hortofrutícola pero, sin embargo, se está cebando con el de la flor ornamental.

Es la consecuencia de las medidas restrictivas para actividades colectivas impuestas por el Gobierno para tratar de frenar la expansión del virus chino. Unas restricciones que afectan a todo tipo de celebraciones en las que normalmente se daban cita un elevado número de personas.

Sin fiestas
Las reglas del juego dictadas por la guerra contra el coronavirus ha supuesto la suspensión de eventos tradicionales en las familias como las celebraciones de bodas, bautizos, cumpleaños y un largo etcétera que incluye  a los entierros, ya que los velatorios están limitados a un máximo de diez personas y eso incluyendo la distancia de seguridad entre los asistentes.

Por si faltaba algo, la suspensión de la Semana Santa en todos los municipios de la provincia ha acabado por cerrar las puertas a la comercialización de flores de todo tipo. Un ‘palo’ para la treintena larga de empresas almerienses que trabajan en este sector.

Según organizaciones agrarias como la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) o la Coordinadora de Asociaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), el parón de las ventas llega además en una época en la que las empresas concentran casi el 50 por ciento del total de sus ventas anuales y que, por tanto, se encuentra en la época del año de mayor producción.

Estas organizaciones han pedido al Gobierno y la Junta que se tenga en cuenta la situación y se arbitre un plan de ayudas específicas.