Semillas Fitó refuerza su complejo de innovación y desarrollo en Almería

Las nuevas instalaciones que consolidan la apuesta por la investigación de calidad en Almería

Las nuevas instalaciones de Semillas Fitó.
Las nuevas instalaciones de Semillas Fitó. Agricultura 2000
Marco Rueda
21:10 • 05 abr. 2018

La firma dedicada a la mejora genética de especies vegetales Semillas Fitó ha presentado las nuevas instalaciones de su centro en I+D+I ubicado en el Polígono de la Redonda en Santa María del Águila (El Ejido). El nuevo espacio, que tiene una superficie de una hectárea y ha supuesto una inversión de más de un millón y medio de euros, reafirma la apuesta de la multinacional de origen español por la alta investigación aplicada a la agricultura en la provincia.



Historia
La empresa Semillas Fitó ha sido un aliado histórico de la agricultura almeriense, con la que durante más de 50 años ha entablado una suerte de simbiosis que ha resultado beneficiosa para la empresa y para el modelo de producción intensiva almeriense.



El director de breeding del departamento de vegetales de Semillas Fitó, José Manuel Salguero, explica que “la historia de nuestra empresa está muy ligada al desarrollo del cultivo de hortalizas de Almería, una relación que empezó en los sesenta con las variedades “op” y ha ido evolucionando hasta el día de hoy”.



La evolución desde aquella época ha cristalizado en que en la actualidad Fitó cuenta en Almería con su centro más importante dedicado al estudio y ensayo de nuevas variedades de tomate, pimiento, pepino, calabacín, berenjena, melón y sandía para toda la cuenca mediterránea -España y Portugal, Norte de África y Oriente Medio-, un despliegue que le hace ser, junto con el de Cabrera (Barcelona), el centro de I+D en variedades hortícolas de la multinacional española.



Excelencia 
Las nuevas instalaciones de la multinacional biotecnológica consta de tres áreas distintas que, en su conjunto, definen el modelo de análisis y testaje de variedades de hortalizas que Semillas Fitó está implementando en su centro de I+D en Santa María del Águila.



El primer módulo consiste en un semillero en el que las plantas se controlan mediante la técnica del marcado molecular con el objetivo de identificar características genéticas tales como las resistencias frente a enfermedades. En segundo lugar, un invernadero sometido a condiciones extremas de calor y humedad para comprobar, tras conocer sus genes, la tolerancia a enfermedades de la planta. 



Por último, las variedades que han completado con éxito las dos fases anteriores pasan a un invernadero “de tecnología avanzada” en el que se seleccionan y se cruzan variedades para obtener las versiones definitivas que, si pasan otras pruebas adicionales, acabarán en el mercado. Un ejemplo del gran esfuerzo que Fitó realiza para obtener productos que satisfazgan tanto al agricultor como al consumidor, y que tiene en sus doce hectáreas de I+D en Almería una de sus grandes ‘mecas’ dedicadas a la mejora genética de frutas y hortalizas.




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