El mercado comunitario, una solución a los ’desiertos alimentarios’

Una iniciativa en Washington (EE.UU.) sitúa la alimentación como elemento clave para combatir la pobreza y la desigualdad

Fuente: Civil Eats
Fuente: Civil Eats
La Voz
12:00 • 09 ene. 2017

La adopción hábitos de vida saludables es algo que se están fomentando desde varios ámbitos de la sociedad. Sin embargo, esta tendencia contrasta con que el acceso a una alimentación sana no está garantizada para todos por igual, dando lugar a un problema de carácter socioeconómico conocido como pobreza alimentaria. Incluso en ciudades como Washington D.F., que fue elegida en 2016 como la ciudad más en forma de Estados Unidos, el 15% de los hogares tienen dificultades para acceder a alimentos. A su vez, la ciudad tiene la tasa más alta de escasez de alimentos para viviendas con niños. 




Es, precisamente, en esta ciudad, donde ha aparecido iniciativas conocidas como 'mercados comunitarios' destinadas a reducir esta brecha social. Uno de estos nuevos lugares es Good Food Markets. Ubicado en Woodridge, uno de los distritos más deprimidos económicamente de la ciudad, este supermercado de 2.000 metros cuadrados es el lugar donde trabaja Oasis Community Partners, una ONG que quiere mejorar los hábitos alimenticios de las personas de este barrio. 




En las estanterías del establecimiento pueden verse desde productos locales y de temporada, como marisco criado de manera sostenible, hasta noodles de pollo o 'mac and cheese' de firmas como Campbell o Kraft. Esta combinación habla por sí sola del empeño de la organización por vender la mejor comida al precio más accesible posible. En Good Food Markets saben que para su clientela el precio es lo más importante y que muchos priorizan "el precio a la ética en el consumo", según explica el director ejecutivo de Oasis Community Partners, Philip Sambol.  




Desde que un local propiedad de la empresa Safeway clausurara sus servicios en la zona en 1998, Woodrige no había tenido hasta ahora ningún comercio de productos vegetales. Sin embargo, desde Oasis saben que la simple apertura de una tienda de estas características no cambiará los hábitos de consumo de los vecinos del distrito.  




"Solo porque haya una tienda vendiendo productos frescos en una zona no significa que la gente irá a comprar ahí", apunta Sambol. El coste es una barrera muy grande; la comida procesada es más barata, menos difícil y más rapida de preparar y debido a estos factores, supermercados y demás cadenas de distribución al por menor evitan establecerse en estas zonas.  




"Hay lagunas en la alimentación, pero también a nivel educativo y de suministro", dice Sambol. La misión de Oasis es conocer todos los factores que están involucrados en el problema, y acto seguido abordarlos efectivamente para corregirlos. 




El poder de los datos




Para llevar a cabo este proyecto, el equipo de Good Food Markets ha trabajado estrechamente con investigadores de la Universidad de Columbia en un mapa interactivo que muestra el impacto que el acceso a la comida tiene en las distintas zonas de Washington. Mezclando una serie de variables relacionadas con violencia, crimen, acceso a la comida y las enfermedades asociadas, mostraron cómo las comunidades más pobres y hambrientas tienen las tasas más altas en cuanto a diabetes, obesidad o cáncer. En Ward 5, la calle donde Good Food Markets está ubicado, un 30% de los residentes son obesos y las muertes por diabetes, cáncer o enfermedades cardiovasculares afectan a más de la mitad de la población.  


Por eso, iniciativas como Good Food Markets tienen una importancia vital a la hora de combatir estos desajustes. Además, otros proyectos están empezando a ser una realidad en muchas áreas distintas bajo la convicción de que llevar una alimentación sana es una condición estratégica de cara al desarrollo físico y mental de las personas. "Educamos y enseñamos a la gente a alimentarse por un precio similar al de la comida rápida. Pero ese tipo de trabajo no sirve si estos ciudadanos no tienen una tienda que suministre estos productos", indica Nancy Roman, presidenta de la mayor organización de Washington, Capital Food Area, dedicada a resolver los problemas que causa la pobreza alimentaria. 


La educación como arma


El enfoque de Oasis para atacar la pobreza alimentaria integra las distintas dimensiones en las que este problema se manifiesta. En este sentido, educar y formar a las personas es igual de importante para la organización que establecer comercios. La ONG trabaja en el distrito con jóvenes que van desde la guardería hasta el instituto para enseñarles todo sobre nutricion personal, cultivar o técnicas de gestión empresarial, como especialista en ventas o contabilidad básica.  


En la tienda, los niños aprenden sobre cómo funciona el sistema alimentario, a identificar los alimentos sanos y también reciben clases de matemáticas apropiadas para su edad. En definitiva, toda una labor social que utiliza la comida y la alimentación como base para crear una sociedad más igualitaria.  



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